top of page

Señor

 

Tan sólo deseo escribirte,

hablándote   al   mirarte,

no ocultando penas a medias;

tan sólo   deseo convertirte

en parte esencial de mis bienes.

 

Oculto tras la   imagen bonísima,

este  regalo en hermosura tesoro,

un templo íntimo estruendo sonoro,

imagen; ternura, hermosura de azoro.

 

Y en todas las albas de todos los días,

todos los ocasos de todas mis noches,

todo oscurantismo en un azul celeste,

el cielo de tu luz pese a lo que cueste.

 

Temple, muy   temple contemplo la vida

al borde que desborda   mi   balcón lucero;

y que por mi condición, incondicionalmente muero,

falacia, mentira, realidad aún no vencida.

 

 

bottom of page